
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde,
Más al altivo mira de lejos.
(Sal 138:6)
La escritura tiene la particularidad de hacer entender al hombre quien es Dios. Este pasaje expresa parte de sus atributos y como procede en ellos. Nos dice pues el pasaje que El es “Excelso”, podríamos pensar que es simplemente un elogio del Salmista David y que solo es aquello que este logra ver. Pero este elogio es una expresión de sí mismo, es una expresión de un corazón que conoce a Dios. No siendo palabras por mente humana sino por inspiración divina. Nos compromete el corazón y el entendimiento queridos lectores, a decir y aceptar que él es excelso por sí mismo. Esto quiere decir que él es en gran manera elevado tanto que el hombre no es digno de conocerlo, por su real bajeza y suciedad. A tal punto que muchos de sus misterios son tan altos que no lo podríamos entender y en otro salmo exclama: “… Alto es, no los puedo entender…”
Si entendemos y conocemos por nuestros propios meritos a Dios, es porque aun no le conocemos; El es demasiado elevado para nosotros, no llegaríamos por ningún medio de humana sabiduría. El es demasiado elevado para nosotros.
El Dios infinito y personal, poderoso y glorioso; no puede ser admirado por la voluntad humana. Este es el verdadero Dios; “excelso, elevado y eminente”. Tal es la excelencia que el hombre en su bajeza y naturaleza caída no podría conocerlo jamás. Sin embargo este Dios que es el único Dios. Este Dios que es la máxima expresión de gloria y excelencia. Este Dios… “Atiende al humilde”
Oh! Qué gran consuelo es este queridos lectores, aquel que esta vestido de luz y hermosura… atiende aquel que se humilla.
Esta es una promesa poderosa, como todas las que se hallan en la Biblia. Aquel que confiesa su pecado, Dios lo atiende y perdona. Aquel que se humilla y cae desplomado por su pecado ¡El le levanta! El que llora por su pecado, con una tristeza santa, pura y humilde ¡El lo consuela! ¿Cuantas cosas esconde la humildad? El carácter de Dios es por su atención y su atención es para el humilde. El mayor anhelo que podríamos guardar en nuestros corazones es pasar de la altivez a una humildad genuina y bíblica, sería como llegar al mismísimo paraíso. Que vida tan bienaventurada seria esa ¿No creen?
Cuantas cosas esconde la humildad, el carácter de Dios cuando él nos atiende, y el nos atiende cuando nos humillamos. Si es así. Entonces pasemos por la puerta de la humillación; arrastrémonos y pasemos por la puerta baja de la humildad y lleguemos a su atención. Esta es una decisión obligatoria y al mismo tiempo la mejor de todas.
Es la mejor decisión porque tenemos su atención y es lo mejor que podríamos tener y desear ¡Oh, que glorioso es Dios! ¡No sería lo mejor de todo captar su atención? Así como Ester delante del rey pidiendo misericordia al tener su atención ¿Como seria nosotros intercediendo ante su corazón presto a nuestras peticiones? Es una imagen sumamente hermosa ¡El nos atiende cuando nos humillamos!
Pasemos pues por la puerta de la humildad, arrastrándonos, sabiendo que nada podemos hacer sin Él, mendigando el pan de vida, pobre de espíritu y finalmente atendido y consolados por su divino amor. Es obligatoria dicha decisión, porque por lo contrario seriamos altivos, ya que para Dios no hay término medio, para él no hay un vaso medio lleno o medio vacío. Esas son perspectivas humanas, y Dios dice: -humilde o altivo cada quien tendrá lo que se merece según mis Palabras.-
El altivo es mirado de lejos a la atención soberana de nuestro Creador. Su mirada misericordiosa está lejana al hombre altivo, y por ende ajena a la vida de él. Ya que Dios mira el corazón del hombre; ¿Qué tan terrible debe ser su corazón para que Dios lo mire de lejos? ¡Qué detestable debería ser nuestra propia altivez para un Dios airado! ¿Cuánto más para nosotros mismos? Pues es nuestra vida y nuestra integridad la que se pone en juego.
El atiende al humilde y mira de lejos al de corazón altivo; mas su justicia es esta, para aquellos que claman por gracia y lo hacen con humildad, mas para aquellos autosuficientes su mirada está lejos… El humilde esta bajo sus alas y su regazo es un dulce deleite para él. El altivo por otro lado es mirado de lejos, solo y sin Dios.
¡Seamos humildes pues nada podemos sin El!
Muy hermosas palabras , tal cual sucede en verdad tenemos que humillarnos ante los ojos del señor , y el siempre nos llenará y estará con nosotros AMEN
ResponderEliminar