Dios pues rindo mis dedos a ti al igual que mis sentimientos aunque no se los de lo cierto que pongo en este escrito, intento disolver lo opuesto. En la tarde en la mañana en las presiones, en las ficciones, en las lumbreras, en lo visible, en lo audible, en los segundos, en lo tormentos, en las sonrisas, todo Oh Dios me es vanidad. Y tristeza como ninguna meditada, y compleja, pesada, y diferente. Revolotean pensamientos inciertos y actitudes frívolas, ¿De dónde viene esto? ¿No es acaso de mi propio corazón, y de la fuente de mis inconformidades?...
Distinto me siento entre todos, no sé si sea la solución entenderme entre ellos, y ellos romper mis sueños. O alzar mi voz a lo más lejos de lo incomprensible, y descomprimir mis fabulas, mis líneas, mis propias ideas. No sé si descifrar la solución o encajarme en mis palabras, y de alguna manera menguar en ellas, de alguna manera despejar lo ficticio de sus conversaciones, e investigar en lo profundo de mis motivos. Motivos que me llevan como hoja en el viento, que me llevan como pez en el agua, en las líneas divisorias del mundo. ¿Tartamudo de la verdad? Hasta cuando detendré el gozo de predicar, y retornar en tus estatutos, ¡parándome firme en el calzado que me has dado!
Romper mis miedos y hacer resplandecer la luz de tu salvación, descifrar mis dudas y rendirme completamente a tus palabras. ¿Cuál coraza en mi corazón, despoja mis más íntimos y fuertes deseos? Deseos que mueven las lagrimas, deseos que iluminan las mentes reprobadas, y aun la mía se siente opacada ante aquello que me concedes. Y que yo ¡Oh Dios! con cuanta bajeza, con cuanto desprecio me he visto ante la mirada de mi conciencia ¿Cuanto más Tu Santísimo Dios?
Quisiera; desbocarme en amor por todos, sin importar el dolor. Ser valiente al frente de toda columna de temores, quisiera ser como el viento ir y venir en dirección por tu voz Señor. Quisiera ser como tus profetas, que hablaban ante aquellos que tenían poderío sobre los ejércitos y una sola orden los destruiría…
No hay comentarios:
Publicar un comentario